lördag, februari 18, 2006

Enric Lindo

Breve historia del hombre que dijo gruesas

Cuando Anna me pidió que contara algo sobre Los Negativos, la verdad es que no sabía qué podría explicar. Por un lado es cierto que han sido muchos los ratos pasados juntos, en habitaciones realmente pequeñas, viendo caer las migas en esos discos que tanto nos gustaban ( ¡¡¡y nos gustan!!!), o viendo films de Michael Caine en casa de algún amigo, o departiendo alegremente con el Mágico Víctor; pero por otro lado soy un negado para los datos biográficos: mezclo fechas y lugares con una alegría pasmosa. Así y todo, sí hay un recuerdo imborrable: el día que tuve la suerte de vivir como se creaba su maqueta, la misma que aparece en la reciente reedición en CD del Piknik, y de ver trabajar a la persona que para mí, ha sido más importante dentro del mundo de Los Negativos (aparte, por supuesto, de ellos mismos): su productor, y quinto Negativo, el sin par Enric Lindo.!!!

Aquel día, después de haber quedado con el grupo y tras alguna peripecia, ( el taxi no sabia donde estaba la calle; la casa donde se encontraba el estudio no era precisamente Abbey Road, y nada hacia prever que en aquella casita, en una pequeña calle estuviese el estudio), llegué a la grabación. Una vez dentro pude comprobar que el lugar donde grababan era una parte de la casa familiar del señor Lindo, lo que daba a la historia un aire muy hogareño. Sabiendo lo poco que les gusta a Los Negativos que la gente interfiera en su trabajo, decidí quedarme calladito y sin hacerme notar mucho ( cosa dificil, teniendo en cuenta mis ya míticos volumen corporal y verborrea incontenible!!). En un momento dado Enrique y yo nos quedamos solos, y él puso lo que se había grabado hasta entonces, se volvió hacia mí, y con una sonrisa y ese brillo especial de sus ojos me dijo:¿Qué? ¿Qué te parece?, es magnífico ¿verdad?. Él sabia que lo era y posiblemente le importaba un pito que a mí no me lo pareciese (que no era el caso), pero fue su manera de inmiscuirme en el ambiente de la grabación. A partir de ahí, de vez en cuando me miraba con un guiño de complicidad, o me pedía una opinión. Fue gracias a eso que aquel estudio en una pequeña casa de Badalona, se trasformó en El País Las Maravillas y en un mágico juego. El grupo “jugaba” a ser los Byrds, los Who o los Beatles, Enric, “jugaba” a ser Phil Spector o George Martin, y yo jugaba a ser uno de los miembros de la “corte beatle”, que tan bien conocía de tantas biografías leídas sobre los Fab Four. Me sentía como Mal Evans o Neil Aspinell y creía entender lo que sintieron ellos siendo testigos privilegiados (como era yo) de algo grande. Ya sé que la comparación parece estúpida, pero qué queréis, yo me sentía así!!!Asistir en primera línea a lo que sería el embrión del magnifico Piknik Calidoscópico, ver como se creaba, como cogía forma, la complicidad entre el grupo y el productor, ver como la cosa tenía un encanto naïf...Nada de: ”Enric, aquí pondremos un “la” una octava más alto y añadiremos un “cornupio” belga haciendo pizzicato“… ¡NO! Era más bien: “Enric aquí que suene “bolg blong” y “zasss”, con un sonido como el de Mr. Tambourine Man tocado por los Stones y con la guitarra de Harrison...pero sin que se parezca a nada de eso…”..Y Enric sonreía como un duende travieso, tocaba cuatro botones y movía un par de potenciómetros y…¡ALE HOP! ¡¡¡ALLI ESTABA!!!. Entonces miraba con cara de satisfecho, y esperaba tranquilamente a la nueva “idea luminosa” que se les ocurriera a los “chicos”. Vivir todo eso, fue fantástico y hace que sienta esa maqueta y el disco posterior como algo mío….Y qué narices, algo de eso habrá, al fin y al cabo ¡¡¡yo soy el hombre que dijo gruesas!!!

l'angelo misterioso

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