fredag, mars 03, 2006

Entrevista Rock de Lux 1986

Entrevista publicada en la revista Rock de Lux nº17, Abril '86

LOS NEGATIVOS

No son apóstoles del ácido ni creen que la psicodelia sea el remedio a todos los males que parecen estrangular la creatividad musical que, según la opinión generalizada, nos ronda en los últimos años. Hacen música fresca y artesanal. Son los Negativos, el grupo que más expectación ha despertado entre el underground barcelonés en los últimos meses.

LOS CHICOS DEL FLEQUILLO Y EL CARAMELO VIOLETA

Sé les reconoce fácilmente. Sus frentes cubiertas por cuidados flequillos y sus camisas estampadas a base de combinaciones geométricas y/o floreadas no son todavia muy corrientes por las calles de la ciudad. Su look no es un estúpido guiòn al pasado. Una simple conversación con sus componentes deja bien a las claras que su imagen no es más que el imprescindible envoltorio que acompaña a las melodías que inventan en el local de ensayo de la parte vieja de Barcelona, a dos pasos del Zeleste. «Lo de la ropa es por una cuestión de filosofía personal, siempre nos hemos vestido así, eso que quede claro. Ahora resulta que coincidimos con la revitalización del garage y la psicodelia, pero no queremos ser malinterpretados. Nuestra actitud es un reflejo de la admiración que sentimos hacia las bandas inglesas y americanas de los sesenta, hacia su sonido y hacia el papel que jugaron en una época muy concreta de la historia de la música». Valentín Morató (23 años, batería), Carlos Estrada (23 años, voz y bajo), Robert Grima (19 años, guita-rra) y Alfredo Calonge (24 años, guitarra, órgano y voz), llevan dos años funcionando como Los Negativos, pero casi cinco envueltos en la música, desde el instituto, con otros miembros, cambios imprescindibles «porque hay gente que se mete en esto sólo para pasar el rato». Los Negativos asumen su proyecto con una seriedad y autocrítica muy poco habituales entre la gran parte de las mediocres formaciones que inundan la ciudad y asaltan los escenarios sin la más minima preparación para torturar a los desprevenidos oyentes. «La segunda vez que tocamos ya lo hicimos en Zeleste y eso no es bueno, ni para el grupo, que tiene que enfrentarse con una responsabilidad para la que no está preparado, ni para el público, que, por falta de madurez, puede hacerse una idea equivocada de las intenciones de la banda, pero al no existir un circuito que te haga coger seguridad no tienes otra alternativa».

Los alagos que han recibido por parte de la crítica especializada los sopesan con tranquilidad y dis-tanciamiento. No quieren ser los estandartes de una «nueva era ácida,- , no tienen prisas; les importa su música: crearla y transmitirla de la mejor manera posible, en las más óptimas condiciones. «Esperamos no estar nunca satisfechos de lo que hacemos, es la única forma de seguir avanzando, de no quedarse estancados».

Una postura insólita entre tanto arribista desvengonzado, una visión de sus propias limitaciones que les honra entre tanto chapucero descontrolado. «Hemos tardado casi dos años en registrar una maqueta cuando lo normal es que cualquier banda se vaya paseando con algo grabado nada más funcionar, pero queríamos hacerla de una forma consciente y reflejar una cierta realidad del grupo».

Ah! la maqueta. Cuatro temas, sólo cuatro canciones que sirven para presentar y resumir en pocos minutos la faceta sónica de estos cuatro exploradores de campos estroboscópicos. «Víaje Al Norte o una visita al territorio de los Byrds; «Moscas y Arañas» o la arrebatadora explosión de las notas de un órgano escapado de cualquier febril proclama de los Fleshtones; «Graduado en Underground» o la declaración de principios plasmada en el retrato pastoso de un muchacho que «No quiere hablar de historias que han quedado atrás/Allí está, escuchando discos de los Seeds/Debes saber que es el graduado en underground». Y «El Club De Los Cerdos Violetas, unacondensación de esencia lisérgi-ca que resucita los días del UFO y las noches interestelares de los Pink Floyd de Syd Barrett...

LA CARNE ELECTRICA EL RITMO DEL BEAT

«No nos importa que nos hablen de nuestras influencias. Es normal, escuchamos mucha música. Tenemos una lista con más de treinta grupos a los que dicen que nos parecemos, pero como lo mez-clamos todo, al final sólo suena a Negativos». Y tiene razón. La comparación con los nombres apuntados no es más que intento por situar al lector e indicarle por dónde van los tiros de estos barceloneses, ya que el terreno que recuperan/reinventan apenas tiene seguidores entre otros gurpos españoles. «Estamos cerca de formaciones como Sex Museum o The Nativos, pero más a nivel de espíritu que de música. Nosotros llevamos un rollo más inglés y en Madrid se emparentan más con la onda americana. De Barcelona, esperamos algo de Orgullo de España».

Inglaterra en los sesenta. Se entusiasman hablando de los Kinks, Small Faces, Who, Rolling Stones, Animals, Beatles, Them, Yardbirds, Syd Barrett, Creation... sin olvidar, no podrían, a los Beach Boys, Byrds, Love, 13th Floor Elevators, el RBB, el soul y la música negra en general. ¿Grupos recientes?, también: XTC, Stranglers, Damned, Prisoners.

Todo este «background» desemboca en los retazos enmaquetados antes aludidos o en cortes de una madurez sorprendente como Sacerdotisa De La Carne Eléctrica, un huracán deforme alimentado por guitarras abrasadoras y recitados susurrantes, o en El Mágico Víctor, la historia de ese amigo que acude en tu ayuda cuando estás derrotado en un rincón y te reanima con tripis?, no, no... con buenos discos! «Es ridículo pensar que para hacer psicodelia hay que tomar LSD. En los sesenta era distinto, el ácido acababa de ser descubierto y la gente experimentaba. Hoy la psicodelia es como cualquier otro estilo, como el rock and roll o el blues. Y no es mejor músico de rock el que más whisky bebe»,

El salto a un estudio de grabación no lo quieren dar en falso. No desean un disco para poder enseñarlo a los amigos. Les preocupa encontrar a un productor adecuado porque «aquí hablas de una guitarra ácida o de una batería que marque beat y nadie se entera». Tantearon a Robin Wills/Barracudas, pero fue sólo eso: un tanteo.

Y terminan. «Quizá suene pretencioso, pero aspiramos a plasmar en nuestras canciones viñetas de la realidad de nuestros días. Lo que han hecho tipos como Ray Davis o Pete Towshend». Más claro, el agua. Y si siguen por el camino que han elegido, seguro que lo consiguen. Los Negativos o una estimulante realidad que aguarda su momento para arder con plenitud. ¿Estas preparado para saborear su caramelo eléctrico? • JUAN CERVERA.

gentileza de chema

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